Qué
bella es la vida cuando estás con quien quieres estar, cuando cada imperfección
la conviertes en algo maravilloso, cuando encuentras a alguien tan diferente a como
eres que te hace aprender a ver la vida de otra perspectiva, cuando por más que
te retuerzan no ves maldad alguna porque estás completamente cegada de amor.
Qué bonito es cuando perdura y no se acaba, cuando por más tiempo que pase no
pasan tus ganas de querer más, cuando formáis uno sin siquiera daros ni cuenta,
cuando es recíproco, cuando el amor suma y no resta.
Pero
qué horrible es cuando abres los ojos, cuando te das cuenta de que nadie
apostará por ti como tú lo haces, cuando ves lo que tú has dado y lo que no te
han dado, cuando ves el mal que siempre justificabas sólo porque no podías
creer que esa persona fuera así, cuando el lado opuesto no ha sabido valorarte,
cuando todo termina. Y lo que es peor aún, qué feo es cuando quieren marearte,
cuando la otra parte ya no siente lo mismo, cuando el amor se acaba, cuando dos
personas dejan de ser uno para comenzar a ser dos.
Y a
pesar de todo es tan bonito vivir la experiencia, que merece la pena el intento.
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