domingo, 30 de mayo de 2021

Se marchitó la flor

No me voy a olvidar de ti, ni de lo que me hiciste sentir. Contigo aprendí el verdadero significado del amor, aprendí qué es que te quieran bonito, que no hay un tiempo definido para enamorarse y, lo más importante, aprendí que no siempre querer es significado de poder. Por aprender podría decir que aprendí montones de cosas más, me enseñaste a ser mejor persona en aspectos en los que todavía no lo era y, aunque todavía me queda mucho por aprender, creo que lo imprescindible ya lo llevo encima, y ha sido gracias a ti.
El pasar de los días se hacen amargos, a pasos muy cortos y con ayuda estás saliendo de mí, y a un ritmo paulatino estoy logrando no pensar en ti. 
Hay despedidas que te duelen en el alma, y esas son las mismas que no aceptas que tienen que pasar, pero que debes asumir. 
Pienso que esta conexión que hemos sentido no sucede muchas veces en la vida, incluso me arriesgaría a decir que solo ocurre una vez, pero me aterra creer que pueda ser cierto, significaría que no volveré a sentir lo mismo por nadie más. 
Esta flor se marchitó el día que decidiste partir de aquí. 



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