Escribo y me desahogo, escribo y son balas directas, escribo y me arde la mano, escribo porque si no podría ahogarme entre tanto pensamiento.
A veces ni una misma entiende lo que hay en su propia cabeza, pero es que tampoco es tarea fácil. Últimamente tropiezo con un garabato sin sentido ni forma, y si al menos pudiera ver dónde comenzó a formarse, quizás, y solo quizás, podría desenredarlo. Mientras esto se soluciona me limito a continuar sin más, a la espera de que decida soltarse o apretar más fuerte.

No hay comentarios:
Publicar un comentario